Sobre el arcoiris que vela este sol,
Con el dolor que sienten los presos,
por el ruido sincope de los pesos
en lo que marca este rol de fuego abrasado,
a oro ardiente colado
con esa paciencia, solo una,
en el color del ruego de la fortuna
sube el suelo que no sube,
y lo veo,
torciendo en el deseo que no tengo y que tuve
que entre tus huesos se pierden,
en esos suspiros que ya muerden
caricias invisibles
el final del fin de estas rayas inservibles,
que no se puede sostener en el cielo, de sus mallas
forjando astas de lujuria perdida en esas vallas
porque ya no encuentro las palabras
en ese tabique que tu labras
en lo medido de lo servido por estar comido,
con este clima, que no es de pereza
cuando no cae el mana sobre nuestras cabezas
del nunca jamas de ese antro perdido
reteniendo en el reencuentro con el olvido
que esta ya endulzado en ese ruedo
con el jugo de mascar la bruma
y con los vasos llenos de espuma
en ese que es un sino,
en ese destino
cierto de que ese es el modo
en la derrota te espero, en la cumbre de este lodo
donde se guarda el arma del asesino
matando esa mirada y ese tino
inquieto en el aire que flota
del mio sacaste una nota
probad ahora con esa viga
para probar que es mi amiga
como es el as de bastos y el
siete de oros
riendo,viviendo, y soñando
con la luna guardando sus tesoros
que pesares del tiempo que va volando
hace valientes del suspiro del viento eterno, silbando
doblando el tejado de rejas de estrellas
a las que suplico que no son como ellas
en la tierra caliente como este infierno
que parece salpicado de las tejas donde habito
de amor maldito
en el tierno averno