Doblan tijeras y sangre
no es mi melena, no es mi hambre
de eses telares chorrearan
piernas que abofetearán
Las manos no serviran de nada
Y así seguira el sol en la almohada
Ya sonrie mi mirada
Las aceras están bien
y estas lagrimas también
Sonrien como hienas, afilán las piedras
Dicen que es humano, su deseo en las manos
Reloj en la hiel
Uñas en la piel,
y si hay guantes en los pies
ensortijamos el serrín
para ser testigos en el fin
no me fijo ya en ellas
la luna y las estrellas
y amanezca
válgame
esa es mi manera
una en la que todo se altera
al ponerme a su altura
pierdo esa locura
y bloques de niebla
hiedra y tierra
respirando el fuego
pasan por mi lado apresurados
no hay falta en su ego
no los tengo ya aquí
demasiado tarde
por el ayer y la voz
por la mañana y el sol
quemando el margen